Larry Nieves la lección de Bastiat |
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Frédéric Bastiat fue un economista francés que vivió durante el siglo XIX. Una de sus enseñanzas básicas se encuentra en su obra Lo que se ve y lo que no se ve:
El caso que quiero que considere es el de las obras públicas, esas empresas que el estado funda para "crear empleo". En particular, quiere enfocarme en la nueva empresa Venezolana de Industria Tecnológica, creada por el gobierno para fabricar computadoras. Se arguyen varias razones para crear tal empresa, específicamente:
Las otras razones que se dan, tales como el fomento de la industria nacional o la búsqueda de la soberanía tecnológica, también pueden ser descartadas por ilógicas e irracionales. Pero acá veremos solamente que crear empresas públicas para generar empleo no tiene sentido. ¿Qué tiene que decir Bastiat al respecto?
¿Cómo es posible que las nuevas obras emprendidas por el gobierno priven a otros de trabajo. Bastiat nos dice es bien cierto que las personas que trabajan en la nueva obra se benefician de la acción del estado y eso es lo que todo el mundo ve y es la causa de que cuando uno critica como tal cosa como un desperdicio lo mínimo que se puede esperar es ser acusado de reaccionario o resentido. Antes de atacar al oponente de las obras públicas, piende un poco más allá, piense en lo que no se ve:
Lo que Bastiat trata de explicar, se puede resumir en la famosa frase inglesa There ain't no such thing as a free lunch, o "No existe tal cosa como un almuerzo gratis", es decir, de algún lugar han de venir los fondos con los que se financia la obra, alguien necesariamente tiene que pagar la cuenta, puesto que toda actividad humana requiere el uso de algún recurso escaso que, precisamente por no ser infinito, si se usa en la obra pública, no puede ser usado en otra cosa. Y cuando el estado destina un dinero, un capital a la construcción de una planta industrial, ese capital debe provenir obligatoriamente de los contribuyentes. Pero el dinero que el contribuyente se ve obligado a pagar no puede ser gastado por él mismo en otra cosa, en algo que el individuo hubiese preferido de habérsele dado la oportunidad de elegir. Entonces, el gobierno no "genera nuevos empleos", a lo sumo lo que hace es desplazar capital de una o varias industrias -cuyos productos los ciudadanos no pueden ya comprar como antes, pues han tenido que desembolsar el dinero en impuestos- hacia la industria que se está inventando. Siendo esto tan evidente, ¿por qué la gente sigue cayendo en el engaño? Según Bastiat,
El hecho que el impuesto es pagado con dinero y no con trabajos forzados ayuda a oscurecer la naturaleza maligna de la obra pública. Ya quisiera ver a aquellos que apoyan tales obras, si un día el gobierno dejara de cobrar impuestos y a cambio exigiera -bajo amenaza de prisión- el trabajo directo de los contribuyentes. Entonces veríamos a nuestros amigos bolivarianos marchando felices y sonrientes con sus grilletes en los piés hacia la península de Paraguaná a ayudar a construir la nueva planta productora de computadoras bolivarianas. Desde luego, desde el punto de vista de quienes se benefician directamente con la nueva obra, los trabajadores y empleados de la nueva planta, la idea es una maravilla. Pues ellos serán receptores netos de los impuestos, pues presumiblmente lo que reciban en sueldos y salarios será superior a lo que luego tengan que desembolsr en impuestos. Pero debe tener usted en cuenta que esa ganancia proviene de la pérdida directa de otros. |
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